Puro sonido Orange que cabe en la palma de la mano. Desde que la marca británica rompió el mercado con el lanzamiento de sus pequeños cabezales de la serie Terror no ha parado de sorprendernos. El miembro más pequeño de la familia llega ahora reducido al máximo para convertirse en el amplificador que llevarás a ensayos y pequeños conciertos como parte de tu pedalera.
Como ocurrió con los populares hermanos mayores (Orange Dual Terror, Rocker 15 Terror… otra liga), el lanzamiento del Orange Micro Terror supuso toda una revolución entre las soluciones para guitarristas que no siempre necesitan 100W a válvulas y pantallas 4×12. El pequeño Micro Terror, igual que posteriormente hizo el más metalero MicroDark (este ya con bucle de efectos), nos ofrecía 20W de potencia híbrida, con una válvula 12AX7/ECC83 empujando su sistema de estado sólido de amplificación. Como se ha dicho hasta la saciedad, más que suficiente para la mayoría de situaciones que se nos pueden plantear.
Pero Orange no se ha quedado ahí y ha seguido buscando una solución todavía más cómoda. Ese pequeño amplificador se ha reducido de tamaño y mejorado en prestaciones en la versión Terror Stamp. De esta forma tendremos esos 20W hipervitaminados en el tamaño de un pedal, y junto a ellos el demandado bucle de efectos que se echaba de menos en la versión cabezal original.
Las novedades respecto al Micro Terror no se quedan en el bucle de efectos, también se incluye junto a la salida para la pantalla de 8 o 16 Ohms salida de auriculares con simulación de pantalla y dos controles de sonido conmutables con el switch para poder jugar como si se tratara de un boost para alternar entre tus rítmicas y solos o lo que tú quieras. Todo manteniendo esa característica personalidad que buscamos todos los que pensamos en Orange para nuestro sonido.
Y todo esto en una pequeña caja de metal de 13’5 x 6’1 x 9’9 centímetros y menos de medio kilo de peso.
Antes de preguntar si “vale para metal”, o si “vale para ensayos con batería”, echa un ojo al vídeo del amigo Ola Englund.
